ARTÍCULOS

EL JUEGO


Susana Villanueva Suárez, psicóloga en el ámbito de la Atención Temprana desde 1985.

  • El juego es una manera de aprender; para los niños jugar es una necesidad.
  • Aprenden para sí mismos, no para los demás.
  • El juego les ayuda a comprender lo que ocurre en la realidad y prueban distintas posibilidades.
  • Cada juego en cada momento tiene un significado diferente. (Cesto de los tesoros en 0-1 año, juego heurístico en 1-2 años y clasificación en 2-3 años, están relacionados con el momento de maduración de los niños).
  • Al jugar se hacen dueños de la situación.
  • En el juego ocurre lo que ellos desearían, y eso poco a poco les ayuda a elaborar la realidad.
  • Hacen sufrir en el juego a los demás, (amigos, hermanos, muñecos, animales) su sufrimiento.
  • El juego corresponde al sueño de los adultos.
  • Jugando disminuyen la ansiedad de sus conflictos.
  • Es un espacio entre sus deseos y fantasías y la realidad.







¿Con quién dejamos a nuestros hijos?

Artículo publicado por AMEY-WAECE (Asociación mundial de educadores)

Cuando se termina la baja maternal a padres y madres, y ante la necesidad de dejar a nuestro hijo al cuidado de otras personas, nos surgen infinidad de dudas y preguntas, y aparentemente resulta dificil tomar una decisión clara; las ofertas que existen en nuestro entorno son muchas y variadas, no excesivamente diferenciadas y de costes (hoy un tema muy importante) muy distintos.

Padres y madres están hechos un mar de dudas, aunque tienen una cosa muy clara: desean que su hijo se encuentre en un entorno seguro y lo más adecuado para su desarrollo.

Básicamente las alternativas que nos encontramos son:
  • MADRES DE DÍA, familiar cercano, vecina, etc..
  • LUDOTECAS Y ACADEMIAS DE IDIOMAS PARA NIÑOS MUY PEQUEÑOS
  • ESCUELAS INFANTILES
Las madres de día: una actividad NO REGULADA en España 
y potencialmente peligrosa para los niños.

Estos días algún diario nacional ha publicado algún artículo sobre las 'madres y padres de día' ensalzando su labor y afirmando que 'desde Octubre, esta actividad está regulada en Madrid' (1). Como cualquier actividad puede gustar o no, pero lo que no se puede hacer es afirmar y propagar cosas que no son verdad: Vamos que es mentira. Las madres y padres de día no están regulados como tal en España (a excepción de Navarra) y mucho menos en la Comunidad de Madrid. Según palabras textuales del S.G. de Calidad, Inspección, Registro y Autorizaciones (CIRA) de la CAM:

"parece necesario aclarar que no existe ninguna nueva normativa que regule la actividad de madres/padres de día, sino que, el servicio que se preste a niños y niñas menores de 6 años, especialmente de 0 a 3 años, con la finalidad de garantizar la conciliación de la vida familiar y profesional y prestando atención personalizada y cobertura durante todo el año, constituye un servicio de acción social en el ámbito de la Comunidad de Madrid, y por tanto éste debe regularizarse de acuerdo con la normativa vigente de servicios sociales".

Normativa de 1.990, que en ningún momento habla de 'madres y padres de día', no marcando:
  • Número de niños que pueden acoger
  • Titulación de la madre o padre de día
  • Número de adultos necesarios
  • características físicas del espacio y del mobiliario (todos sabemos la infinidad de puntos peligrosos de nuestra casa para los niños: enchufes, cantos de los muebles, productos de alta toxicidad.... Está demostrado que la gran mayoría de los accidentes infantiles se producen en los 'domicilios particulares'.
  • Horarios
  • etc...
Con arreglo a ello, cada casa puede tener o no personal que no sea profesional del cuidado y estimulación de los niños, así como unas condiciones para su uso por los niños pésimas; pueden ser potencialmente peligrosas para los niños, tanto en el aspecto físico del entorno como del desarrollo madurativo del niño.

Ludotecas y Academias de idiomas para niños muy pequeños.

Las ludotecas son establecimientos cuyo objetivo principal es garantizar el derecho del niño y del joven menor de edad al juego. Esto es: espacios pensados para que el niño juegue el tiempo en que asista.
En algunas Comunidades Autónomas y en algún municipio, están reguladas sus instalaciones y funcionamiento siendo común que cuando se habla de la asistencia de menores de 4 años se diga que: "deben estar acompañados de la persona legalmente responsable del menor o de cualquier otra persona adulta autorizada por aquella, durante toda la estancia en la ludoteca. En ningún caso los y las profesionales del centro pueden ser autorizados como acompañantes del menor." (Cataluña, artículo cinco decreto 94/2009). Esta última consideración hace que la mayoría de las ludotecas estén pensadas para niños mayores de cuatro años.

Las ludotecas no están pensadas para 'el desarrollo integral del niño' (solamente juego) ni para que el niño asista de manera regular, por lo que no todas las instalaciones estarán adecuadas, ni ña formación del personal que atiende a los niños será la precisa. A las ludotecas solamente asistirán los niños cuando sus padres puedan acompañarlos para jugar un rato.

Últimamente a las ludotecas se han sumado las ACADEMIAS DE IDIOMAS, que bajo la escusa del aprendizaje temprano del idioma están realizando una competencia desleal a las Escuelas Infantiles. Al igual, y aún peor, que las ludotecas, los espacios no están adaptados para niños tan pequeños, ni su personal preparado para estar con este tipo de niños.

Las Escuelas Infantiles

Es sin duda el lugar adecuado, ya que estará expresamente pensado para este menester, y atendido por los profesionales con la debida formación. Por otra parte al tener que pasar inspecciones educativas, en cierta medida nos garantizan un correcto funcionamiento.

Son los centros que según la legislación vigente acogen a los niños desde 0 años, y están expresamente pensados para ellos, tanto desde el punto de vista de instalaciones, materiales que poseen, como formación de los profesionales que allí trabajan. Por otra parte, está supervisado periodicamente por las Consejerías de Educación.
Por otra parte, al obligarles las autoridades educativas a tener un programa pedagógico, los niños que a ellas asisten tendrán un mejor desarrollo. Hoy ya sabemos que la construcción de la personalidad se realiza en los primeros años, así como que la capacidad de asimilar cosas, desde el mismo nacimiento, es realmente asombrosa.
Por otra parte también se ha comprobado la asistencia a un centro de educación infantil beneficia a los alumnos a lo largo de sus posteriores estudios. Los resultados del estudio PISA de la OCDE de 2009 muestran que los alumnos de 15 años de prácticamente todos los países de la OCDE que asistieron a una escuela de educación infantil obtuvieron resultados superiores a aquellos que no lo hicieron. De hecho, la diferencia entre los alumnos que asistieron durante más de un año y aquellos que no asistieron es de 54 puntos de media en la evaluación lectora de PISA (PISA in Focus nº1). En Bélgica, Francia e Israel, los alumnos que asistieron a educación infantil durante más de un año puntuaron al menos 100 puntos más en la lectura que los alumnos que no lo hicieron.
Esto es la asistencia a una escuela infantil, ayuda a un exitoso tránsito escolar, pero también depende de cómo se estructura, organiza y funciona la escuela infantil. Por ello no solamente hay que elegir para los niños una escuela infantil, sino que hemos de elegirla adecuadamente


Elegir la Escuela Infantil:

Pregunte, en función de la edad del niño:
  • Proyecto Educativo del centro. Propuesta Pedagógica (tienen que tenerlos. Dígale que se los enseñen).
  • Número y formación del personal.
  • Actividades complementarias. 
  • Organización de los espacios para cada nivel de edad
  • Organización y distribución de los horarios según el nivel.
  • Adecuación de los materiales a cada nivel.
  • Criterios de información a los padres sobre la evolución de sus hijos.
  • Objetivos educativos y evaluación de los mismos.
  • Medidas de individualización
  • Manual de Convivencia del centro
  • Horario General y vacaciones
Entre otras cosas que se le ocurran. Cuanto más pregunte mejor se hará una idea del centro. Pida que le muestren las instalaciones, así como le den por escrito, al menos, el Manual de Convivencia, los informes trimestrales, los menús, los objetivos educativos, así como el máximo posible de documentación. Solamente del estudio de estos y otros documentos podrá hacer una elección correcta. SU HIJO SE LO MERECE.


(1) http://www.elmundo.es/sociedad/2016/02/01/56ae12ff268e3edb3e 8b45f5.html 
http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-boom-madres-abre n-casas-cuidado-bebes-201602092256_noticia.html
http://www.cronicaglobal.com/es/notices/2016/02/las-madres-d e-dia-un-alternativa-a-la-guarderia-que-se-abre-camino-en-madrid-32918.phphttp://www.madridiario.es/430284/madres-de-dia-asociacion-cu idados-ninos




LOS MOCOS, FIELES COMPAÑEROS DE LA INFANCIA

Aula de infantil; Septiembre- Octubre 2010
Carlos González Rodríguez, Pediatra. (artículo adaptado de Crianza Natural, nº8. Diciembre 2009).

Resfriado, y no gripe

El resfriado común no es producido por el frío, sino por un virus. Bueno, por ciertos virus distintos. Si hay más resfriados en invierno que en verano es, sobre todo, porque hay más oportunidades de contagio. En verano los niños están separados y pasan mucho tiempo al aire libre. En otoño se reúnen en grupos y pasan muchas horas en clase. En invierno cierran las ventanas del aula, y algunos días ni siquiera salen al patio porque llueve. Los pediatras sabemos bien que nuestras consultan se llenan de niños resfriados a los tres días de empezar las clases, aunque todavía haga bastante calor.



El resfriado común produce sobre todo mucosidad nasal, tos y estornudos. También ojos llorosos y legañosos, nariz tapada, a veces malestar o dolor de cabeza. Puede haber algo de fiebre, sobre todo en los más pequeños. La gripe es otra cosa: fiebre alta, intenso malestar, dolor de todo el cuerpo ('trancazo'), con algo de tos y pocos o ningún moco. Normalmente la gripe sólo se pilla una vez al año (o ninguna), mientras que los adultos suelen pillar de dos a cuatro resfriados, y los niños pequeños, de seis a diez o más (a una o dos semanas por resfriado, es fácil comprender que empalmen uno con otro durante todo el invierno y parte del verano). 

Tampoco es lo mismo la amigdalitis (anginas), que suele dar dolor de garganta y fiebre, sin tos ni mocos. La rinitis alérgica (normalmente por polvo, ácaros o polen) no da fiebre. Predominan los estornudos y el picor de naríz, los mocos son muy líquidos. Al comienzo del resfriado, el moco suele ser transparente (agüilla). Con los días se vuelve más espeso, blanco, amarillo, verde líquido, y por fin, verde seco, lo que indica que el niño ya está curado y, por tanto, listo para volver a empezar. El moco verde es una fase normal de la evolución del resfriado, no significa que haya 'sobreinfección' y no hay que tomar antibióticos.

¿Cómo se cura?

El resfriado dura una semana sin tratamiento, y sólo siete días con tratamiento. :) Los antibióticos no sirven absolutamente para nada. Los modernos antivíricos parece que pueden lograr, en el mejor de los casos, reducir la enfermedad a seis días; no compensa el precio ni los posibles efectos secundarios. Tampoco hay ningún remedio 'alternativo' ni 'natural' que funcione. Ni la homeopatía, ni las hierbas chinas u occidentales, ni la vitamina C, ni la miel con limón, ni nada.

En EEUU, se calcula que las bajas laborales de los adultos resfriados o que se quedan en casa cuidando a un hijo resfriado cuestn cada año veinte millones de dólares. Si hubiera algún remedio eficaz para el resfriado, sería prácticamente obligatorio, y el que lo vendiese se haría de oro. Si que existen algunos tratamientos sintomáticos; es decir, que alivian durante algunas horas alguno de los síntomas, pero no curan ni acortan la enfermedad. Para la fiebre, o el dolor y el malestar, son útiles los antitérmicos, como el paracetamol y el ibuprofeno. Los descongestivos nasales en inhalador pueden ser útiles para un adulto en un momento puntual, por ejemplo, si ha de tocar en una orquesta. No se recomiendan para menores de doce años, y nunca deben usarse en bebés y niños pequeños. Los antitusivos y jarabes para la tos son poco eficaces. Por suerte, porque si hay mocos y no los expulsas con la tos, es peor. En general, no se deberían usar en niños pequeños. Y aún menos las habituales mezclas de antitérmicos, antitusivos, antihistamínicos descongestivos en formas de gotas o jarabe. Estas mezclas no son más efectivas que el antitérmico sólo, y en cambio aumentan el riesgo de efectos secundarios. Además existe el pelligro de que algunos padres doblen la dosis de antitérmico, porque no se han dado cuenta de que el jarabe también lleva.



Como la tos es útil para expulsar los mocos, se han inventado también jarabes 'expectorantes', es decir, ¡para toser más!. Aunque la idea parece buena, lo cierto es que no funcionan. Son completamentes inútiles. Los lavados nasales con suero fisiológico gozaron de cierto predicamento. Francamente, si yo fuera niño, preferiría que me dejasen en paz con mis mocos. A veces, en bebés que tienen la nariz muy tapada, es útil dejar caer unas gotas de suero en cada orificio nasal. Unas pocoas gotas, no un chorro. Pero hay que estar atentos a sus reacciones: ¿realmente estaba incómodo con los mocos, y le vemos más feliz después de las gotitas... o estaba la mar de tranquilo y le hemos fastidiado con el dichoso tratamiento?. Los vahos, vapores y humidificadores pueden ser contraproducentes. La humedad ambienta debería estar entre el 40% y el 60%. Mucha gente pone humidificadores en hogares ya de por sí bastante húmedos y que, en realidad, necesitan un deshumidificador. El exceso de humedad aumenta la sensación de ahogo, y favorece el crecimiento de hongos y ácaros ue pueden provocar alergias.

Imposible prevenir

No hay forma de prevenir los resfriados. Salvo, tal vez, refugiarse en una isla desierta y no tener contacto con nadie (un viejo chiste afirma que el ajo previene el resfriado... porque impide que nadie se te acerque). No existe vacuna. Hay vacunas contra el sarampión o la rubeóla, porque son enfermedades producidas por un sólo virus, que es siempre igual. El que pasa la enfermedad o se vacuna, ya no la vuelve a pasar. La gripe es producida por un sólo virus, pero con varios subtipos que además cambian cada ño; aún es posible la vacuna, pero es menos eficazy la de un año ya no te sirve para el siguiente. El resfriado es causado por cientos de virus distintos, la vacuna es completamente imposible. Los adultos que ya nos hemos resfriado muchas veces en la vida, estamos inmunizados contra la mayoría de esos virus. Los niños, no. En el primer año de escuela, sencillamente los pillan todos. El segundo año es un poco menos malo. Es algo que tienen que pasar tarde o temprano. Los primogénitos suelen estar bastante bien hasta que empiezan la escuela; pero el segundo o tercer hermano ya es como si naciera en la escuela, y se empieza a resfriar desde el principio.

Las dosis masivas de vitamina C gozaron en su tiempo de mucho prestigio para prevenir un resfriado, porque las recomendaba un premio Nobel. Pero el premio se lo han dado por otra cosa; en esto se equivocó. No hay ningún alimento mágico que prevenga los resfriados.

¿Y el médico'

Si es un resfriado común, no lleve a su hijo al médico. S´lo conseguirá perder su tiempo y el del médico, y tal vez pillar otro virus en la sala de espera. Consulte al médico sólo si sospecha que es otra cosa más grave; si está a más de 39,5ºC de fiebre, o si la fiebre le dura más de tres días, o si se ahoga (como en un ataque de asma; tener la nariz tapada no es ahogarse) o se queja de dolor de oído.






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LOS CELOS ENTRE HERMANOS
Artículo sacado de Aula de infantil Núm. 46, 
Noviembre-Diciembre 2008
María Ferrer
Psicóloga. Profesora asociada de la Universidad de las Islas Baleares,

Hoy María, que tiene tres años, está enfadada. Por la mañana, cuando su padre la ha despertado para ir a la escuela, se ha puesto a llorar porque no quería vestirse, luego no le ha gustado el desayuno, y antes de salir de casa ha tenido una rabieta porque quería llevarse un cuento a la escuela…Cuando ha visto que su madre se quedaba en casa con Pablo, de seis meses, ha explotado:
-¡Sólo os interesa Pablo, siempre estáis pendientes de él y no os importa nada de lo que yo hago!
Durante las últimas semanas esta situación se repite casi a diario, varias veces al día
Las explosiones de ira de María cuando siente que ha “perdido” la atención exclusiva de sus padres y que debe compartirla con su hermano forman parte de la expresión del sentimiento de celos.

Los celos se producen cuando nos sentimos en desventaja, real o imaginaria, y se inician en un momento de necesidad afectiva. Se describen de diversas maneras: como frustración de amor, con rivalidad fraterna, como envidia entre hermanos, como ambivalencia afectiva y, sobre todo, como un conflicto afectivo propio de las edades egocéntricas. En realidad, el sentimiento de celos es el miedo de perder el afecto del otro y representa un conflicto; es la interferencia de un tercero en una relación.
Ortigosa (2002) define los celos como una reacción adaptativa infantil transitoria, causada por una alteración emocional y de ciertas conductas.

Los celos son normales y representan una sana señal de desarrollo y de la capacidad de relación. La rivalidad entre hermanos es formativa, ya que ayuda a superar el egocentrismo infantil y, a su vez, permite desarrollar recursos internos de superación; es una experiencia de relaciones con otras personas que luego debe trasladarse al mundo social. Por lo tanto, la rivalidad fraterna es un ensayo de la vida social y consiste en tomar a los hermanos como compañeros de prácticas para la socialización y la competencia social.
Algunos autores apuntan que los celos son más frecuentes entre hermanos del mismo sexo y de edades similares, ya que la competencia entre ellos es mayor: les gustan los mismos juguetes, hacen las mismas actividades… Además, sin darse cuenta, los padres pueden llegar a fomentar la rivalidad si ven el subsistema de los hermanos como un todo y les resulta más cómodo que vayan juntos a clases de natación, que vayan a la misma escuela, que compartan habitaciones, etc. Sería deseable favorecer el desarrollo de la individualidad de cada hijo, como siguieren varios autores 
(Branden, 1995; Clames y Bean, 1993; Corkille, 1983).



Manifestaciones de celos

Aunque cada persona es única y diferente, los celos puede sentirlos el hermano mayor del pequeño, o el pequeño del mayor. Pero ¿cómo sabemos que los hijos están celosos? ¿Qué hacen cuando sienten celos? Tal vez lloren constantemente y en cualquier situación, se muestren desproporcionadamente enfadados (como María), duermen mal, presenten conductas disruptivas para llamar la atención, aumente su agresividad (muerdan, peguen…), manifiesten comportamientos agresivos (vuelvan al chupete, a los pañales, a la comida triturada…). Los celos se manifiestan muchas veces llamando desmesuradamente la atención de los padres y aumentando la dependencia, tal vez para comprobar el grado de afecto que éstos sienten por ellos.
Generalmente, si el hijo es extrovertido, los celos se manifestarán a través de la oposición y la batalla contra los padres; en cambio, si es introvertido, recurrirá a conductas más regresivas.



Algunas actitudes de los padres para prevenir y resolver los celos.

Disminuir el sentimiento de celos significa hacer crecer la autoestima; es decir, todo aquello que desarrolle el valor de uno mismo facilitará la resolución de los celos.
La reflexión de los padres sobre sus propias actitudes hacia los hijos ayudará a comprobar si se está fomentando un exceso de rivalidad que podría provocar sentimientos negativos. Así, no hay nada peor que la comparación entre hermanos para provocar celos (“¡Tu hermano es más simpático que tú!” “¿No ves que Pablo come más que tú?”) También provocará celos tratar de forma desigual a los hijos, sobre todo en función del sexo, más que en función de la edad. El hecho de no aceptar las diferencias entre los hermanos, haciendo que todos hagan exactamente lo mismo, supone no atender a la individualidad y a la formación de cada uno como ser único y especial. La tendencia a resaltar las conductas negativas y a fijarse poco en las positivas reforzará el mantenimiento del comportamiento que los padres no desean, ya que muchas veces los niños repiten aquellas acciones que saben que obtienen más atención por parte de los adultos.

Un ambiente familiar agradable y tranquilo, lejos de la discordia, es una de las mejores formas de prevenir el malestar que siente el niño que está celoso. Comprender y aceptar que María se siente amenazada ante la posibilidad de que Pablo pase a ocupar el lugar que hasta ahora ocupaba ella ayudará a los padres, y en consecuencia a María, a resolver los sentimientos negativos. Obviamente, los padres deberán acumular grandes dosis de tolerancia y paciencia ante las manifestaciones explosivas o regresivas de María. Tal vez habrá que aumentar la atención individualizada a María sin que pierda su ritmo de relaciones y actividades: organizar los horarios para que su madre también pueda acompañarla a la escuela, o hacer salidas a su parque favorito, o sencillamente pasar algunas horas a solas intimando y ahondando en la relación. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de transmitir a María que el amor compartido no significa menos amor.
Aunque los celos pueden aparecer a cualquier edad, suelen ser una de las características de la etapa egocéntrica, entre los tres y los cinco años, ya que son la respuesta a la frustración de unos intereses egocéntricos. Si además coinciden factores externos que causan inestabilidad emocional, la crisis y la angustia del niño o la niña será más visible.

Resolver el sentimiento de celos es resolver un problema de identidad: ¿Soy mayor o pequeño?; si soy mayor, ¿puedo ser independiente?; si soy pequeño, ¿obtendré más seguridad y admiración?
¿Podríamos encontrar una forma de aplacar los celos de María?
Continuemos hipotéticamente la conversación con María en el momento en que manifiesta que sus padres no se interesan por ella:

-¡Sólo os interesa Pablo, siempre estáis pendientes de él y no os importa nada de lo que yo hago!- dice María.
-Parece que estás enfadada, María- dice su madre, intentando comprender lo que le pasa.
- Sí, es que cada día tiene que acompañarme papá a la escuela y Pablo se queda contigo.
- Y a ti no te gusta que él y yo nos quedemos en casa… ¿verdad?
- ¡Claro que no!, ¿por qué debería gustarme? Sólo porque él es pequeño tiene que tener una atención especial, como si fuera el único de la casa.
- Ya sé que a veces es difícil para ti compartirme con tu hermano.
- Si lo es porque desde que ha llegado él a casa ya no estamos nunca tú y yo juntas a solas.
- ¿Te gustaría que cada noche tú y yo estuviéramos un rato juntas antes de ir a dormir y que te contara un cuento? O mejor, hoy cuando llegues de la escuela podemos ir un rato juntas al parque y Pablo se quedará con papá.
- ¡Sí, sí! Y otro día podemos ir papá y yo a montar en bicicleta cuando Pablo duerma, porque él es pequeño y no sabe ir en bicicleta.



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EL OBJETO DE APEGO



Ana Roa García. Psicopedagoga y Maestra de Educación Infantil (Revista Maestra Infantil).

¿Por qué no se separan de su peluche preferido?

A veces nos preocupamos porque nuestros niños son de los que no pueden estar en clase o irse a la cama si no llevan consigo su peluche o mantita para sentirse seguros. No pasa nada, todo ello está dentro de la normalidad. Los pequeños necesitan sentirse seguros cuando se van a dormir o están en los primeros años de escolarización y necesitan una presencia cercana que supla la figura de sus padres. Serán ellos mismos los que elijan el pequeño juguete (objeto de apego) que se convertirá en algo muy querido y que formará parte de sus personitas.

Niñas y niños se van encariñando despacio con estos objetos que cierto día les ofrecimos para que jugaran con ellos o le hiciesen compañía, y se va generando poco a poco el apego, hasta que se convierten en algo imprescindible para ellos. Con sus peluches consiguen sentirse seguros, tienen un valor especial, representan el puente que los conduce a papá y mamá. Les regalamos esos objetos y a ellos recurren cuando necesitan estabilidad, además de sentirse tranquilos. Algunos eligen una mantita, otros un muñeco, hay veces que la almohada o un pañuelo pueden cumplir esa función... En ocasiones los sustituyen por otros, pero la función de seguridad y valentía sigue estando ahí hasta que ya, al crecer un poco, los van abandonando. 

Mucho más que un juguete... ¿Por qué les gusta tanto?

No debemos pensar que porque nuestros hijos estén apegados a sus ositos son niños problemáticos o demasiado tímidos. Necesitan pasar en sus primeros años por esta etapa y la superan sin ningún tipo de trauma, es cuestión de tiempo.

A nosotros nos resulta extraña esta relación del niño y su mascota, pero es importante que comprendamos que ese peluche es lo que le sirve de consuelo en los momentos tristes y lo que da rienda suelta a su imaginación y fantasía. Va creciendo con él y van evolucionando juntos; por ello, cuando la mascota esté un poquito estropeada, conviene que él mismo se implique en su 'reparación'.

Debemos tener en cuenta que hay momentos en los que la presencia del objeto de apego es imprescindible; por ejemplo, cuando nos mudamos de casa o ante la muerte de una persona cercana... En esas ocasiones, la mascota calma su ansiedad, como también la calma cuando existen situaciones conflictivas dentro de casa o nos vamos de vacaciones y tiene que dormir en la habitación de un hotel en una cama diferente a la suya.

¿Cómo actuamos? No es necesario que fomentemos un cariño excesivo hacia el objeto de apego, pero tampoco es conveniente tratarlo  despectivamente e incluso provocar ciertas situaciones en las que el niño se sienta ridículo por tener su mascota (y mucho menos utilizar el juguete en los momentos de castigo apartándolo de él). La actuación equilibrada es la correcta: considerarlo un juguete significativo y mantenerlo en buenas condiciones en cuanto a higiene se refiere. Si el niño lo perdiera, buscaremos un sustituto y desdramatizaremos el tema.



¿Por qué nunca se separa de él? 

Cuando el niño tenga 5 ó 6 años, empezará a sentirse más autónomo, emocionalmente hablando, e irá prescindiendo del objeto de apego. El vínculo con la mascota desaparecerá y querrá llevar un pequeño juguete guardado en el pantalón que represente los destellos que aún quedan del apego. Mientras tanto, nuestra labor consistirá en mantener esta función ofreciéndoles juguetes u objetos de materiales blanditos para que los puedan utilizar cuando llegue la hora de dormir. Partiendo de la seguridad que proporcionan, respetaremos los tiempos y no nos empeñaremos en hacerlos desaparecer de forma brusca.

Pequeños consejos ¿Qué hacer?


  • No haremos caso de su aspecto (aunque su mascota esté vieja, él es feliz con ella)
  • Buscar la mascota si se ha perdido: el niño se sentirá querido y apoyado.
  • Señalarle lugares en los que puede dejarla de manera segura; en ellos, la mascota permanecerá hasta que él vaya a buscarla de nuevo.
  • Aceptar que la mascota ocupa parte de su persona por el momento.
¿Qué no hacer?

  • Arreglar y lavar su mascota sin que él lo sepa (sería cambiar su identidad)
  • Buscarle una mascota nueva sin intentar encontrar la anterior. No admitirán el cambio.
  • Persuadirlo para que la deje en casa cuando vamos a salir. Quién tiene que decidir esto es él mismo.
  • Obligarlo a que se olvide de ella, decirle que la mascota es de niños pequeñitos.


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ACEPTAR NORMAS Y LÍMITES 
DESDE LAS PRIMERAS EDADES 
  


Mª Luisa García Rodríguez y Mª Cristina Lahora (Revista Aula de Infantil, Noviembre- Diciembre 2010)

Entendiendo educar como formar personas con determinadas características deseables y aceptando que conlleva una gran responsabilidad, además de poner en juego inteligencia, afecto, esfuerzo, tiempo y constancia; puede afirmarse que educar , con toda certeza, merece la pena, en primer lugar, porque supone un incalculable benefício para el desarrollo de la propia persona, para su familia, todo su entorno y la sociedad en general.

Nunca es demasiado pronto para iniciar el proceso educativo. Antes del nacimiento comienza una carrera contrareloj para aprovechar los periodos críticos o momentos más favorables para conseguir distintos tipos de aprendizaje.

Algunas metas pueden ser las siguientes: deseamos personas felices, capaces de experimentar afectos y transmitir sensaciones positivas; autónomas, para conducirse a sí mismas y actuar con libertad, y estables, para mantener equilibrio emocional y psicológico.

A la pregunta de '¿quién ha de llevar a cabo esta tarea?', hay que responder con rotundidad que la familia es indispensable en la educación y que, puesto que la escolarización es sólo una parte de la educación, la función de la escuela es de colaboradora.

¿Qué hacer para educar?

Considerando que la educación tiene mucho de arte y que la pedagogía -ciencia de la educación- no es una ciencia exacta, resulta difícil ofrecer fórmulas aplicables a todos los casos con resultados seguros. Por el contrario, se han de tener presentes las particularidades y la diversidad de situaciones y circunstancias que puedan estar ejerciendo algún tipo de influencia en ese largo aprendizaje -el aprendizaje del oficio del hombre-, sin duda difícil, con una posible parte de ensueños y de asombros al que se refiere Cunqueiro (1991) en la presentación de su libro 'Las mocedades de Ulises'.

Existen, sin embargo, pautas claras para guiar a la figura educadora y pistas orientadas al trabajo directo con las niñas y los niños para conducirlos hacia el control de su progresiva autonomía. Analicemos breve e individualmente cada una de ellas.

  • Proporcionar un ambiente afectivo: De acuerdo con la interpretación del biólogo y neurofisiólogo de los procesos cognitivos Maturana (2001), los seres humanos somos biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva. El mundo emocional es el más íntimo y sagrado de la persona.

Goleman (1998), al referirse al comienzo de la vida, expresa que “en este periodo clave, el aprendizaje, especialmente el aprendizaje emocional, tiene lugar más rápidamente que nunca”. Para Rodríguez Delgado (2001), “gran parte de lo que se aprende en los primeros meses y años de existencia queda almacenado en el sistema límbico cerebral para aparecer más tarde como intuiciones, deseos, creencias y emociones que modulan y colorean las reacciones tanto conscientes como subconscientes”.
¿Cómo tiene lugar este proceso? El bebé, que posee gran sensibilidad para los afectos, establece un diálogo continuo, rápido y silencioso con su madre o figura de apego. Imita, sonríe, bosteza, gira la cabeza... sin romper su enlace con la mirada maternal.

El efecto de este proceso psiconeurofisiológico sobre el desarrollo de la personalidad es muy profundo, pues provoca un aumento de los sentimientos positivos necesarios para proseguir el desarrollo emocional y cognitivo.

En este periodo parece dibujarse el mapa de los aspectos del mundo que van a ser relevantes para la persona, absorbiendo los criterios de religiosidad, moralidad e ideas políticas del entorno familiar.

  • Ofrecer un modelo válido para imitar: El psicólogo de tendencia cognitiva- conductual Albert Bandura estudió cómo muchos de los aprendizajes infantiles tienen lugar a través de la observación e imitación del comportamiento de otra persona que sirve de modelo. Las criaturas disfrutan imitando y simulando la realidad. La imitación conlleva un proceso continuado de interacciones con las personas imitadas, en contextos altamente emocionales. Se deduce fácilmente que educamos con nuestro ejemplo y que es más influyente nuestra conducta que nuestras palabras.
 

La educadora de la escuela infantil se convierte en un modelo para los niños, tanto en cosas sin importancia, como en aspectos más trascendentes. Nuestra influencia en ellos está demostrada. Al asumir nuestro rol, con las mismas palabras, el mismo tono, e incluso la misma forma de estar, no imitan superficialmente, sino que están dando un paso para la interiorización, hacia la asimilación de un hacer concreto en una situación concreta, lo que les preparará para situarse en distintos contextos y poner en práctica lo que han ido asumiendo en la escuela, a veces sin darse cuenta: respeto, tolerancia, normas...

  • Facilitar el incremento de la inteligencia: Conclusiones de las investigaciones de Kovacs y Rodríguez Delgado.

    Fundamentación biológica: Somos un cuerpo y una mente que tienen determinadas características. Todas las funciones humanas tienen una base biológica. El aprendizaje se apoya en el sistema nervioso central, especialmente en las funciones cerebrales, que son la sede de la especificidad del ser humano. Un objetivo básico de la educación es desarrollar al máximo dichas funciones. Para conseguirlo es necesario tener en cuenta las pautas por las que se rige el funcionamiento del cerebro infantil y los mecanismos que iciden en su crecimiento y maduración durante los primeros años.
    Funcionamiento del cerebro infantil: Las neuronas infantiles desarrollan prolongaciones que las conectan entre sí, modelando su funcionamiento según la información recibida, procedente tanto del medio interno como del externo, que reciben de las demás, llegando a aumentar de tal manera que el volumen del cerebro se duplica en los primeros años de vida, al asimilar tanto nutrientes como información.
    (..) La facilidad para el establecimiento de conexiones es mayor cuanto menor es la persona, y a partir de cierta edad es imposible establecer dichas conexiones. Actualmente existe evidencia científica para afirmar que la educación, al propiciar experiencias enriquecedoras durante los siete primeros años de vida, influye de forma decisiva en el desarrollo de la estructura orgánica del cerebro. (..).

  • Adquirir buenos hábitos: En la etapa de Educación Infantil se han de adquirir unos hábitos que orientarán en gran medida la conducta a lo largo de toda la vida y contribuirán a evitar gran número de dificultades . Aunque cuesta esfuerzo crearlos, después se practicarán con facilidad.. Se insistirá fundamentalmente en los que tengan relación con el cuidado de uno mismo y la salud, como los nutricionales, de higiene, descanso y posturales; también en los implicadosen la realización de tareas, como son los de orden, trabajo y mantenimiento de la atención y, por supuesto, el respeto a las personas, sus actividades y producciones, así como las normas establecidas en cada contexto.



  • Aceptar normas y límites: La familia es la responsable de ayudar, desde temprana edad, a comprender y aceptar los límites, ya que las criaturas han de comprender la habilidad de autocontrolarse. A partir del año una labor importante de padres, madres y educadores es 'poner límites'. Los educadores de la primera infancia vemos a menudo a niños que no han tenido límites y se sienten perdidos y angustiados'.
    Dichos límites han de decidirse por parte de las personas adultas pensando en la seguridad, puesto que a estas edades el egocentrismo impide que puedan ser consensuadas. Han de dejar claro qué es lo que hay que hacer para que el comportamiento sea adecuado a las exigencias del entorno y qué ocurriría en el caso de que la norma fuera incumplida. Se referirán exclusivamente a la conducta, nunca a la expresión de sentimientos.
    La vida de la escuela infantil favorece la asimilación de normas y la comprensión de su necesidad. En caso de no cumplirlas, en determinadas circunstancias pueden observar la consecuencia lógica, en otras habrán de reparar el daño causado.
    Algunas investigaciónes han demostrado que antes de los 18 meses ya existe la capacidad de perturbar intencionadamente a las madres, lo que significa la capacidad de disfrutar saltándose prohibiciones, engañando deliberadamente y tanteando hasta donde se pueden infringir las reglas.









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1 comentario:

  1. Me encanta leer sobre inteligencia emocional para nuestros pequeños... es muy interesante aportar todo nuestros conocimientos en su aprendizaje diario. Y que decir de la importancia de los límites... (estirar y aflojar..) un saludo

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