Como sabéis la mayor parte de las familias, estamos realizando con los niños y niñas de la escuela unas sesiones de presentación de diferentes materiales llamadas provocaciones. Están inspiradas en Reggio Emilia, en la que se defiende que los niños deben tener cierto control en su aprendizaje, que necesitan experimentar y jugar para aprender, que deben estar expuestos a materiales naturales y que hay muchas maneras de aprender.
Pues bien, en el primer trimestre hicimos una para los niños y niñas tanto del nivel 1-2 como del nivel 2-3 años. En este segundo trimestre ya hemos comenzado con ellas.
En esta ocasión se van a encontrar dos zonas, una con dos mesas y otra más de movimiento. En las mesas hay, dentro de dos cajas bajas, hueveras de cartón, corchos de botellas y pinzas grandes. En la otra son hay cajas grandes de cartón, unas con pelotas y otras vacías.
La idea es que la educadora está acompañando a los niños en su experimentación, sin darle ningún tipo de directriz (que es cómo debe ser el juego del niño siempre, algo natural), y únicamente interviene en caso de conflictos que ellos no sepan resolver. El material que se elige siempre es susceptible de ser utilizado en su conjunto o por separado: es decir, entre todos tienen una intencionalidad como arrastrar, insertar unos en otros, rodear... por ejemplo con las pinzas coger el corcho y meterlo en los huecos de las hueveras; de este modo trabajan de manera natural la coordinación óculo- manual o la psicomotricidad fina.
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